Entre tantos remontajes y reinterpretaciones, en Expomentos también exhibí una serie completamente nueva: Realidades superpuestas. Esta trata sobre el Coronavirus y sobre percibimos la realidad antes de la pandemia y durante el confinamiento que vivimos entre marzo y junio de este año 2020.
Esta serie consta de seis obras, para las cuales escogí papel de acuarelas Arches de diferentes texturas y papel vegetal Canson. Cada una de las obras consta de tres capas: un papel de acuarela y dos capas de papel vegetal. En cuanto a la técnica, he combinado varias:
- Para la capa inferior he utilizado lápices acuareables, acuarelas convencionales, gouache, tintas o rotuladores acuareables.
- Para la capa intermedia utilicé tinta china aplicada con cálamo y después apliqué tinta de dibujo tanto amarilla como azul.
- Para la capa superior utilicé rotuladores acuareables, bien negro o bien dorado.
En cuanto a la simbología de cada una de las capas, la inferior simboliza la realidad que vivíamos antes de la pandemia (ciertamente no era bucólica como hacen ver los cuadros, pero era mucho mejor que la actual), la intermedia simboliza la amenaza que se cernía sobre el mundo, es decir, esa época de transición en la que el virus se iba extendiendo poco a poco y silenciosamente, pero todo el mundo bromeaba e ignoraba deliberadamente la realidad que estaba por venir, especialmente los gobiernos.
Finalmente, la capa superior simboliza la realidad actual: restrictiva, caótica, surrealista y llena de tristeza, de muerte y de penuria. Una realidad en la que tuvimos que estar encerrados en casa durante tres largos meses, una realidad en la que los sistemas sanitarios están colapsados, una realidad en la que llevamos una mascarilla que nos protege del covid, pero que nos dificulta hablar y respirar, una realidad en la que los infectados y los muertos se cuentan por millones, una realidad en la que muchos no tienen lo básico para comer, una realidad en la que los proyectos y las ilusiones quedan en suspenso, una realidad en la que el tiempo pasa y queda absolutamente vacío.
Cada uno de los paneles tiene su propio título. Los concebí en el orden en el que los exhibí en Expomentos, pero en realidad el orden de las piezas no tiene tanta importancia como las piezas en sí mismas (incluso podrían exponerse cada una de ellas individualmente y no perderían su contexto). A continuación paso a hablar de cada uno de los paneles:
La primera pieza se titula Torre de Marfil: el fondo consiste en una torre de color marfil realizada en gouache de Talens rodeada de un fondo psicodélico realizado en acuarela de Sakura, que simboliza la felicidad sin fisuras de una persona que tiene cubiertas todas sus necesidades. La capa superior es un lettering de la palabra Torre en letras mayúsculas, realizada en rotulador acuareble negro de Tombow: la T es la propia torre, la O es la ventana, las dos R forman parte de las grietas y la E es la puerta. Esta capa representa la felicidad que está a punto de derrumbarse por culpa de la pandemia.
La tercera pieza de Realidades superpuestas, titulada Mordaza, cuyo fondo consiste en un emoji que sonríe pintado en gouache de Talens con un fondo psicodélico realizado con rotuladores acuareables de Tombow. Además de la felicidad, el dibujo muestra el rostro completo del smiley, que simboliza la identidad de una persona, es decir, que antes de la llegada de la pandemia, podíamos salir a la calle sin necesidad de llevar una mascarilla. La capa superior, realizada en rotulados acuareable negro de Tombow, consiste en un lettering de la palabra mordaza cuyas letras están forman la composición de una mascarilla. Esta capa pone de manifiesto la nueva realidad que ha traído el virus, cuya muestra más destacada es el uso de la mascarilla que además de ocultar gran parte del rostro, es incómoda y cuesta hablar y respirar con ella.
La cuarta pieza, Libertad, cuya capa inferior consiste en un lettering de la palabra libertad, escrita en rotulador acuareable de Tombow, inscrita en un óvalo y rodeada de un halo y de un fondo psicodélico realizado en lápices acuareables. Su simbolismo radica en que la libertad es uno de los tesoros más preciados de la humanidad. La capa superior contiene una jaula, dibujada con un rotulador de punta de pincel de Posca, cuyo simbolismo hace referencia al largo confinamiento vivido: estábamos encerrados con todas las comodidades, sí, pero nuestras casas no dejaban de ser jaulas de oro.
La cuarta pieza, Tiempo surrealista, cuya capa inferior está realizada íntegramente en tintas de dibujo de Windsor & Newton, consiste en un reloj con la esfera rosa parado a las tres en punto rodeado por un fondo psicodélico. Esta capa es una advertencia sobre el abrumador y veloz paso del tiempo y que hay que aprovecharlo al máximo. La capa superior, realizada en rotulador acuareable negro de Tombow, las dos líneas exteriores deforman la esfera del reloj, como si se derritiera por la parte inferior. Cada una de las palabras del lettering han sido dibujadas con tipos de letra completamente diferentes y de formas absurdas. El conjunto del dibujo simboliza la percepción del tiempo diferente que ha desencadenado la pandemia: el confinamiento se convierte en una pesadilla hecha realidad y el hecho de no poder trabajar, estudiar y/o hacer la mayoría de las actividades que podíamos hacer en nuestro tiempo libre (viajar, quedar con los amigos físicamente, ir al museo, etc., etc.) distorsiona aún más nuestra visión del tiempo. La obra es un homenaje a La persistencia de la memoria del pintor español surrealista Salvador Dalí.
Para los marcos de las obras decidí montar tablillas sobre bastidores de lienzo: a las primeras les apliqué pintura tipo Titanlux por el anverso y barniz por el reverso, mientras que el reverso de las tablillas y los bastidores los barnicé. Rematé los cantos de los marcos con tiras de goma EVA marrón.
La pandemia del covid 19 ha puesto el mundo patas arriba. Es cierto que todas las medidas y restricciones son por nuestro bien (de eso no cabe ninguna duda) pero no deja de ser una lástima que la humanidad haya perdido la libertad, el trabajo y (lo que es peor) la vida porque las autoridades competentes no frenaran a tiempo la expansión del virus, y luego porque algunos ciudadanos no cumplen las normas, especialmente los negacionistas, (estos últimos no se dan cuenta pueden perjudicar a todo el mundo y por lo tanto son en parte responsables de que haya más muertes y de que la situación se pudiera prolongar más de lo tolerable). 2020 ha sido un año nefasto y atípico debido al coronavirus, espero que en este año 2021 las vacunas lleguen lo más rápido posible, se vayan levantando las restricciones y que podamos recuperar nuestras vidas cuanto antes.